29 jun 2011

"De ángeles y demonios"

Tras un mes en el que, sinceramente, no me ha apetecido escribir, vuelvo a taparme uno de mis ojos para volver a ser ese tuerto.

Hoy vengo a tocar un tema que tengo claro que me aportará más de un comentario negativo, pero que ni mucho menos por esta expectativa pienso dejar a un lado:

EL DE LOS BUENOS Y LOS MALOS.

Para poder abarcar bien este asunto, lo mejor es consumir un poco de historia, y qué mejor modo que a través del cine.

Desde pequeños se nos muestran dos elementos casi indispensables en toda película, y que rara vez faltan, y son el héroe y el villano.

En toda peli del oeste se nos presenta a esos tipos duros, con botas de cuero y gran puntería, que se chulean unos a otros escupiendo de lejos en un salón mientras piden otro whisky doble a un camarero generalmente calvo, con chaleco negro y unas bandas negras en los brazales de su camisa que a día de hoy, aun no sé para qué sirven. Estos tipos duros van luego por ahí haciendo la ley apretando un gatillo y matando a esos malvados indios que no hacen más que acosar a sus mujeres y niños, cortando cabelleras y gritando como salvajes.

Si nos vamos algo más al pasado, en las de romanos nos plantan por delante a esos legionarios fornidos, que conquistaron media Europa, luchando, gladio en mano, contra esos bárbaros vestidos con pieles de oso que solo quieren descuartizar a los pobres y dignos soldados del imperio.

Si ahora nos venimos al presente, el héroe se ha convertido en alguien vestido de camuflaje, que se marcha a proteger a su familia a miles de kilómetros de casa, porque lo que frenen allí, no llegará aquí, y que se va a acabar con la amenaza terrorista que hay tras todos y cada uno de esos hombrecillos vestidos con túnica, turbante y que lucen una barba excesivamente larga.

Para quien no haya pillado el sarcasmo que se esconde en todos los casos (espero que nadie esté en el caso), la cuestión que se me presenta al analizar todo esto de un modo NEUTRAL, APOLÍTICO y ATEO, es ¿Quienes son realmente los malos en todas estas etapas de la historia?

En el caso del pequeño Billy "dedosrápidos", lo que yo veo es a una panda de colonizadores que llegaron a una tierra que no les pertenecía, para arrebatar terreno, recursos y libertad a unos indígenas que llevaban allí miles de años conviviendo unos con otros, con más o menos guerras, cosa que también era bastante común en el viejo continente. Si yo fuese un indio, creo que la cabellera no sería lo que les habría cortado.

Si nos vamos a nuestros amigos hijos del imperio, me temo que si te pones a conquistar todo lo que te rodea, todo el que estaba rodeándote va a acabar bien mosqueado, y si para colmo son gente de las montañas que mata osos para vestirse, mal andaremos. Querían llevar la civilización a los alrededores del imperio imponiéndola con el exterminio...MUY CIVILIZADO.

Ahora viene la parte que más me gusta, porque estoy seguro de que tras leer esto, a mucha gente le va a cambiar la imagen que tenía de mí:

En el caso presente, no vemos (o no queremos ver), que nuestros jóvenes van a un país que NO PIDIÓ NUESTRA AYUDA, y que en vez de mejorar, ha empeorado de un modo drástico desde la llegada de las fuerzas internacionales.

Seguimos viendo al musulmán como ese loco que no duerme, planeando donde poner una bomba y que cuando ve que su vecino ha puesto alguna y ha funcionado grita como un maníaco. Lo vemos como algo maligno, como ese demonio que sigue a un dios que no es el nuestro (o el vuestro, en este caso), y del que todo lo que ha aprendido es que hay que matar al que no crea en lo mismo.

No queremos ver que para ellos, el demonio es ese hombre vestido de uniforme, que viene de un país lejano donde nunca le ha faltado de nada, a decirles qué deben y qué no deben hacer a través de la fuerza, controlando sus carreteras, lo que llevan en sus carromatos y registrándoles al pasar por un check point. Ven que ese extranjero está tomando el control de su país, y que en vez de ayudar y reconstruir, ha dado una patada a un avispero llamado fanatismo que siempre había estado ahí, pero que nunca había molestado, HASTA AHORA.

No quiero idolatrar al fanático musulmán, porque no creo que ningún fanatismo sea una buena cualidad del ser humano, pero, sintiéndolo muchísimo, también debo dar la razón a todos esos otros musulmanes a los que les han quitado su libertad, "EN POS DE LA LIBERTAD" (vaya ironía).

En occidente la gente se sigue estremeciendo al oír la palabra musulmán, y no paro de leer a "expertillos" que dicen que el Corán incita a la violencia, mientras ese libro "tan maligno" tiene, como la Biblia, sus interpretaciones. Seguimos viendo en las noticias sobre las revueltas en Oriente Próximo y Medio siempre la misma imagen, con miles de personas agachadas rezando orientadas a la Meca, y no paro de preguntarme si es casualidad que siempre les pillen rezando, o simplemente rezan todo el día. Vivimos en un mundo mediático, en el que quien cuenta la historia tiene el poder de otorgar los títulos de santos y malhechores a quien más le convenga porque, evidentemente, la historia siempre es contada por los vencedores.

Quiero dejar claro, lector cabreado, que si el día de mañana tengo un fusil en mi mano, y frente a mí hay otra persona apuntándome, no dudaré un sólo segundo en apretar el disparador, pero quedándome claro que no soy un héroe matando a un villano, si no una persona normal a la que han mandado a luchar contra otra persona normal.

"Mata a unos cuantos, y te llamarán asesino. Mata a millones, y te llamarán conquistador" (Napoleón Bonaparte).

1 comentario:

  1. Guillermo Rey Saa1 jul 2011, 0:07:00

    Es un tema complicado. Se mezcla religión con cultura. y si las dos son extremas y van juntas, se puede convertir en una bomba.
    Es lo mismo un musulmán de Arabia saudí que uno de Etiopía??
    Un cristiano de Francia que uno de Rumanía?.
    Yo personalmente prefiero no tocar estos temas. Soy apolítico y ateo. Osea... un ser afortunado.
    Estoy convencido que la gente es mas humana cuando esta en mis condiciones.
    NO ME GUSTAN LAS RELIGIONES. fUERON Y SERÁN LAS CAUSAS DE TODAS LAS GUERRAS.

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